Malea

"Oye, ¿sabes esos días en los que te viene la malea?
- ¿Algo así como cuando sientes morriña?
-No-dijo lentamente-. No, la morriña te viene porque has engordado o porque llueve muchos días seguidos. Te quedas triste, pero nada más. Pero la malea es horrible. Te entra miedo y te pones a sudar horrores, pero no sabes de qué tienes miedo. Solo que va a pasar alguna cosa mala, pero no sabes cuál. ¿Has tenido esa sensación?
- Muy a menudo. Hay quienes lo llaman angst.
- De acuerdo. Angst. Pero ¿como le pones remedio?
- No sé, a veces ayuda una copa.
- Ya lo he probado. También he probado con aspirinas. Rusty opina que tendría que fumar marihuana, y lo hice, una temporada, pero solo me entraba la risa tonta. He comprobado que lo que mejor me sienta es tomar un taxi e ir a Tiffany's. Me calma de golpe, ese silencio, esa atmósfera tan arrogante; en un sitio así no podría ocurrirte nada malo, sería imposible, en medio de todos esos hombres con los trajes tan elegantes, y ese encantador aroma a plata y a billetero de cocodrilo. Si alguna vez encontrase un lugar de la vida real en donde me sintiera como me siento en Tiffany's, me compraría unos cuantos muebles y le pondría nombre al gato."

Por fin es jueves, las clases terminaron y empieza el fin de semana. Espero que la malea desaparezca. El fragmento es del relato corto "Desayuno en Tiffany's" de Truman Capote.











Espero que el fin de semana me ayude


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