Millones de cosas

No se aprecia en la foto, pero hoy hace un día horrible. Un día para no salir de debajo de una manta, en el sofá, al lado de la calefacción y con la gata encima- que por cierto hoy tenía conjuntivitis en un ojo. Le hemos echado colirio y se ha enfadado, hehehe, se cabreó la leche...

Por eso he decidido poner estas fotos. Iba a subir las últimas de Pedrosa, pero estas con la nieve (aunque poca) y el frío le pegan más al día. Además, son las que Dani ha subido en el post maligno, así que así demuestro que también hubo fotos buenas ese día. O por lo menos aceptables.

El abrigo y los pantalones son de Zara. El paraguas es de una tienda que encontramos mis padres y yo en Frankfurt que solo tenía cosas de gatos, incluido este paraguas de Enrique VIII y Ana Bolena -si fueran gatos-. Me encanta, nunca lo llevo a ningún sitio por si lo pierdo...

Y estas son las fotos de la cena del otro día en el Hao Wok.

La comida está buenísima y hay algún que otro chino-japonés macizo, ¿qué más se puede pedir? O a lo mejor soy yo, que todos me parecen guapos. Esa suerte que tengo.

Y las copas de después en La Bodeguita. No sé si el enlace está bien, ¿es esa la página? No parece el mismo sitio. En fin, que tienen los mejores mojitos del mundo.

Y para terminar, el pen que me compré ayer. ¡Es una monada! Mi padre se ha quedado el ratón, así que ha perdido derecho a foto.

No sé si llamarlo el Pandapen, o el Pen-panda. Aunque hace poco estuve riéndome yo sola porque pensé que cuando tuviera un gato le iba a poner Esmeraldo. Es un nombre cruel. Vale, lo llamaré Esmeraldo el pandapen.
Nada más, ha sido una entrada larga. Tenía muchas cosas acumuladas. ¿Besos? ¿Saludos? ¿xxx? Nunca sé que poner. A Dani se le dan mejor los finales.

Vale, no puedo poner la firma, me cago en Picasa y en Blogger!

Dunia C.

Ps.: ¡¡No veais Nine!! ¿Qué te hemos hecho, Rob Marshall, para que nos castigues así? Es como si le hubiera dicho a su productor: ¿recuerdas lo bien que me quedó Chicago? Pues ahora voy a hacer lo mismo, pero con diálogos pésimos y canciones aun peores. Dos horas que no recuperaré jamás (y cinco euros).